7 oct 2011

Lección de San Pedro a un gay

Un gay, que tantas veces había dado y tantas otras recibido, un buen día muere y llega en presencia de San Pedro. El Santo le dice, de manera paternal: Querido hijo, para entrar al paraíso deberás responder a mi pregunta, para la cual seguramente no estás todavía preparado; entre tanto, toma esta pastilla. Y le da un comprimido blanco del tamaño de un botoncito, vuelve a la tierra y tómala con un poco de agua; luego, vuelve a mí. El maricon, estupefacto, lleva a cabo la orden y, después de algunos minutos, comienza a sentir un gran malestar de panza; corre al baño, donde se libera en una terrible y maloliente diarrea por diez minutos seguidos. Una vez terminada, se reencuentra, blanco y demacrado, con San Pedro, que lo mira con ojo clínico, y le dice: Aún no te encuentro listo, y le da una pastilla del tamaño de un fríjol y le repite las instrucciones de volver una vez tomada la pastilla. Esta vez, el efecto de la pastilla es terrible: el maricon caga diarrea ininterrumpidamente por tres horas, y luego, extenuado, se encuentra delante del Santo. Después de un atento examen, San Pedro le dice: Todavía no estás listo, y le da otra pastilla, ahora de la dimensión de una nuez. El efecto es horroroso, espantoso ,bestial… una megacagada de doce horas, con fisura y hemorroides múltiples. El maricón, ya convertido en una larva humana, vuelve delante del Santo, que lo mira y aprueba con la cabeza: Sí, sí, ahora seguramente estás listo para mi pregunta: ¿Has entendido para qué sirve el culo?.

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